Vorágine de Asfalto – Preludio

¡Las calles te miran!
Cuida muy bien dónde caminas.
Hay oídos atentos esperando en cada esquina, hambrientos de buenas nuevas y secretos escurridizos disfrazados de oportunas indiscreciones.
¡Ten cuidado!
Incauto aventurero.
Si te distraes del camino, ignorante de tu posición y de tu tiempo; puedes cruzar la delgada línea y un solo paso en falso te puede arrastrar a la deriva.
¡Imprudente!
Si cuando Sol o Luna no respetas el canon invisible, y caminas como Rey siendo solo un plebeyo. No importa tu orgullo o tu limosna, si el repudio inculcado en tu estrato obnubila la justicia; la Diosa de la basura es justa y si reclama con sangre la satisfacción a tu falta, es solo efecto de tu insolencia.
En jeroglíficos y colores, sobre muros y paredes, vándalos en estado de gracia, artistas incomprendidos, poseídos en un impulso de adrenalina comunican la ley, eterna y absoluta, cruda e imparcial:
Sólo importa sobrevivir.
¿No te das cuenta?
A la vida no la sustentan átomos o historias, la columna vertebral del día a día son estos caminos de almas, estos ríos de pavimento.
Cada vendedor ambulante y limosnero, cada perro sin dueño, cada mente insana, enajenada del mundo; trashumantes desheredados de la sociedad.
Todos existen por una razón.
Y en cada luna nueva, bajo un manto de oscuridad y silencio; cuando los latidos frenéticos de la rutina son apenas un arrullo y las calzadas reciben en sus fauces a bardos de cantina, prostitutas lisonjeras y sediciosos comerciantes de alucinaciones. En esos instantes muertos, los desvalidos despojos de la cordialidad se reúnen para mantener tu realidad intacta […]
Descarga la historia completa aquí.
Versión grande: https://bit.ly/3nPQf9U
Versión mini (ideal para celulares): https://bit.ly/3HN0SlE
